Clásicos del Mazmorreo es un juego directo, desvergonzado, espectacular y con el poder del metal corriendo por sus venas. En él podrás interpretar a un cruel saqueador, un brujo obsesionado con el poder oculto o un simple granjero que, tras encontrarse por primera vez con las "maravillas" del universo, decide dar un nuevo rumbo a su vida, que acortará considerablemente su duración a cambio de la promesa de poder y riquezas.
Porque en Clásicos del Mazmorreo los personajes empiezan a nivel 0. Cada jugador controlará a varios de estos pobres diablos, y sólo aquellos que sobrevivan a la primera aventura, también conocida como embudo (el índice de mortalidad es elevado), tendrán el privilegio de subir a nivel 1. Este juego utiliza un sistema derivado del clásico d20.
Módulos para clásicos del mazmorreo
Perras del averno (de Asram). Buscando riquezas y a sus conciudadanos secuestrados por extraños seres, los personajes investigan una mina abandonada que conduce a un antiguo templo donde se enfrentarán a duras pruebas.
La jungla de Glipkerio (de Jobe Bittman). La jugada de Glipkerio es una aventura basada en la idea de un patrón que pide que se le devuelva un favor. Todos los magos saben que en algún momento se les pedirá que lleven a cabo determinadas tareas a cambio de los grandes poderes que su patrón les proporciona. La única cuestión es cuándo. Negarse conlleva una pérdida de poder, el rechazo o incluso la sangrienta represalia de un patrón vengativo. Se puede sustituir sin esfuerzo al patrón de esta aventura por otro que se ajuste mejor a tu grupo. En esta aventura, los aventureros deberán escalar el Monte Tyche y subir la Escalera del Sino para liberar el Templo del Destino, invadido por un poderoso enemigo. La aventura ha sido diseñada para un grupo de personajes de nivel 2, y se puede completar en 1-2 sesiones. Debido a la dificultad del terreno, los personajes harían bien en proveerse de material de escalada y uno o dos sirvientes.
La dama de Argland (de Asram). Un grupo de bandidos ha atacado y matado a todos los miembros de una familia en una granja al sur. La barbarie y el sadismo mostrado no es fruto de hombres sino de bestias. Rápidamente los bravos soldados de Roca Blanca dieron con el rastro de los villanos hasta su guarida, un lugar bien conocido por los lugareños, cuna de superstición y mitos: la ciudadela abandonada de Argland, un baluarte élfico abandonado siglos atrás.
