Solomon Kane es un juego de rol basado en las historias de Robert E. Howard, el creador de Conan el Bárbaro. En este juego, los jugadores asumen el papel de personajes en la época del Renacimiento y viajan por Europa, África y Asia, enfrentándose a misterios, peligros y monstruos.
El sistema de juego utiliza reglas simples y un enfoque en la narrativa y la exploración, permitiendo a los jugadores crear historias épicas y aventuras en un mundo lleno de aventuras, magia y peligros. Además, el juego también ofrece un sistema de moralidad que permite a los jugadores tomar decisiones éticas y experimentar las consecuencias de sus acciones.
Solomon Kane es un juego ideal para los amantes de la fantasía épica y de la literatura de aventuras, y permite a los jugadores explorar un mundo lleno de peligros y misterios, donde pueden crear historias épicas y épica, así como experimentar un sistema de juego emocionante y desafiante.
Módulos para solomon kane
El diablillo de Lincoln (por Shane Mclean). Donde los errantes combatirán un demonio procedente del Infierno al que no se puede juzgar por su diminuto tamaño.
La víctima olvidada (por Shane Mclean). A finales del siglo XIV vivió el abad de Santa María de Thornton; fue un buen hombre, consagrado al bienestar de su rebaño. Thomas de Gretham solo tuvo un pequeño desliz: un lío amoroso con la hija de un aristócrata local, Heloise Randle-Holme. Esta fue la munición que utilizó el dean –aliado con los bandidos locales– para provocar su caída en desgracia. Thomas fue acusado de conducta indecente y traficar con el Diablo y su castigo fue ser emparedado en una habitación oculta de la abadía para que muriese allí abandonado. Su espíritu permaneció en la Abadía de Thornton, contenido por la fe de sus ocupantes.
Festín de sangre (por Shane Lacy Hensley). Los errantes viajan por la costa de Nueva Inglaterra cuando observan una columna de humo que surge de entre los bosques cercanos. Al investigarlo, descubren una caótica escena. Un grupo de mesas y sillas se encuentran reunidas en torno a lo que parece una pequeña aldea… como si un magro festín hubiese sido interrumpido de repente.
