Cenizas de los hombres (por D. Ryalbran). Hace siglos que los Tribunos desaparecieron dejando solo la santidad de su creación. La blanca arquitectura marmórea de su ciudad había ocupado todo el continente, elevando a sus creadores a la divinidad de la Razón Absoluta, siendo abrazados por el Demiurgo como sus verdaderos hijos. Nosotros, sus herederos, debíamos mantener la perfección magnificente de su obra y extenderla por todos los eones.