Cuando pensamos en juegos de rol para disputar en reuniones con amigos o familia, sin duda, el primero que se nos viene a la mente, es Aquelarre. Lanzado al mercado hace casi 30 años, este pasatiempo, creado por Ricardo Ibáñez, fue el primer juego de rol creado en España. No cabe la menor duda de que su metodología de juego y su apasionante historia (que mezcla realidad con fantasía) lo han convertido en un referente absoluto en lo que respecta al entretenimiento. Es que pocos juegos de este tipo han cautivado a tantas generaciones como lo ha hecho Aquelarre en las últimas tres décadas. Por esta razón, vale la pena conocer en profundidad el contexto en el que se desarrolla y cómo es la disputa entre los participantes.

Contexto

Aquelarre está ambientado en la Península Ibérica durante la Edad Media, más precisamente, entre los Siglos XIII y XIV. Si bien tiene un ambiente marcadamente histórico, está atravesado por un profundo trasfondo fantástico también. Sin duda, esta mezcla entre historia real y fantasía explica, en gran parte, que Aquelarre sea el juego de rol más exitoso de la historia de España. Es que aquí se presupone que todos los seres legendarios de los cuentos y tradiciones populares de la región realmente existieron, por lo que la magia es tan real como la ciencia. Así, los personajes del juego se van a tener que enfrentar con, por ejemplo, el Lobisome de Galicia, los Duendes Castellanos o los Follets de Cataluña. A estos se les suman también las criaturas que figuran en los capiteles románicos y en las miniaturas de los códices religiosos. En definitiva, se libra una batalla apasionante entre dos realidades totalmente distintas: la racional y la irracional. Es que Aquelarre incluye un amplio bestiario de criaturas irracionales, así como también secciones íntegramente dedicadas a la magia, a la época medieval, la religión y sus rituales de fe, y el infierno, entre otros. Los participantes pueden interpretar tanto a personajes comunes (hombres y mujeres de la época medieval que habitan la Península Ibérica) como también a criaturas o demonios mitológicos. En conclusión, el contexto mezcla la realidad de esas personas que vivieron entre el Siglo XVII y XIV en la Península con el mundo fantástico que se construyó en aquel tiempo lejano.

Rol de los participantes

Los territorios de la península están divididos en varios reinos: Castilla, Aragón, Portugal, Navarra y Granada. Cada uno tiene, por supuesto, su propia cultura, idioma y religión, que muchas veces acarrean históricas batallas. Además de las guerras, el mundo que plantea Aquelarre está atravesado por el hambre y la peste, donde la desigualdad social y la injusticia son muy grandes. Los participantes interpretan a cada uno de estos integrantes de la pirámide social y tienen que jugar acorde a sus necesidades. Por ejemplo, un campesino intentará mejorar su calidad de vida para lograr un ascenso social, mientras que los burgueses querrán mantener su estatus quo. Claro que la magia y la mitología juegan un rol preponderante en esta lucha de clases, lo que convierte a Aquelarre en un juego de rol muy particular. En este sentido, encontramos que en este mundo las brujas existen y los jugadores pueden pedir sus servicios. Por supuesto, en aquella época, una gran cantidad de personas creían que pactar con estos personajes era algo demoníaco que había que condenar, por lo que los riesgos de muerte son altos. Además de las brujas, la mitología está muy presente en este juego, por lo que aparecen diversas criaturas típicas de cada región, como duendes, los Follets, los Idixta o las ondinas. También está la dicotomía entre el cielo y el infierno, donde se pone de manifiesto un trasfondo demoníaco complejo. Aparece Lucifer, criaturas maléficas y otros demonios que hacen que el juego se torne aún más apasionante y difícil.

Sistema de juego

En lo que respecta al sistema de juego, Aquelarre está inspirado en el clásico sistema BRP (Basic Role Playing - Juegos de Roles Básico). Este conjunto de reglas se basa en un sistema de habilidades porcentuales. Es decir, cada habilidad expresa un determinado porcentaje. Por esta razón, para llevar a cabo una acción exitosa, el participante debe obtener, con un dado de cien, un resultado igual o inferior al de ese porcentaje. El sistema de combate es bastante sencillo y, además, está muy bien detallado en el libro que viene con el juego. Allí, también están explicados los hechizos que son posibles de realizar en caso de que el jugador tenga que interpretar a una bruja o demonio. En definitiva, Aquelarre es un juego de rol que tiene todo lo necesario para pasar un gran momento con amigos o en familia en reuniones numerosas. Por esta razón, a casi treinta años de su lanzamiento, sigue siendo uno de los pasatiempos preferidos en toda España.