Sí señor oscuro, ¿qué es y cómo se juega?

No cabe la menor duda de que los juegos de mesa nunca pasan de moda, porque son ideales para reuniones con familiares o amigos. Por más que las consolas y los videojuegos sean muy utilizados en la actualidad, especialmente por los jóvenes, estos pasatiempos tienen una gran vigencia en todo el mundo. Es que la tecnología no lo es todo. Pocos juegos son más efectivos y divertidos que los juegos de mesa para esos momentos de entretenimiento con amigos y familiares. Algunos son históricos, otros nuevos e innovadores. Algunos ponen énfasis en la cultura general, otros en cuestiones más tabú, algunos son para toda la familia, otros exclusivamente para adultos...en fin, la realidad es que hay juegos para todos los gustos y edades. Por esta razón, es clave conocer los mejores juegos que podemos encontrar en la actualidad, para no dejar de sorprender cada vez que tenemos una reunión con amigos, o para disfrutar un momento de ocio con la familia. En este sentido, uno de los pasatiempos de este tipo preferidos es “Sí señor oscuro”, divertido y apasionante. Este juego, creado por Ricardo Crosa, Fabricio Bonifacio, Massimiliano Enrico y Chiara Ferlito, es un éxito en nuestro país, por lo que vale la pena conocer en profundidad cómo es su desarrollo.

¿Qué es “Sí, señor oscuro”?

“¡Sí, señor oscuro!” es un juego desenfadado, que plantea un trasfondo fantástico donde los jugadores tienen que ponerle un tono humorístico. Todos los participantes vuelven de la temida Torre de la Hechicería Oscura tras fracasar, otra vez, en su misión. El Señor Oscuro, Rigor Mortis, lanza una mirada furibunda a sus lacayos, quienes tratarán de desligar responsabilidades en uno de ellos para que sea castigado. El objetivo del juego es que los participantes saquen a relucir todas sus habilidades actorales para improvisar e intentar zafar de la condena del Señor Oscuro.

¿Cómo se juega?

“¡Sí, señor oscuro!” empieza con un diálogo introductorio entre Rigor Mortis y algunos lacayos que recién llegan de su fallida misión. El diálogo es el siguiente: -Rigor Mortis: Bien, mis suntuosos sirvientes, ¿me habéis traído la capa del mago gris, tal como os pedí? -Shalma-Ne: ¡La c-c-c-capa! Por supuesto, mi Señor... Íbamos de camino hacia la torre del mago, pero cuando estábamos cruzando el bosque, este goblin inútil nos hizo perdernos… -Rigor Mortis: ¡Ah! ¿Es eso cierto, Nya-Khebo? -Nya-Khebo: ¡Pero mi Señor, no fue culpa mía! Estaba siguiendo el camino correcto, cuando una terrible tormenta nos cogió por sorpresa, y Simur-Hadd nos aconsejó que tomáramos un desvío para resguardarnos en una mina... -Rigor Mortis: Nos asusta la lluvia, ¿eh? -Simur-Hadd: Bueno, sí, desgraciadamente eso es cierto... Pero no quería... -Rigor Mortis: ¡Simur-Hadd! ¡Por enésima vez, has hecho fracasar una importantísima misión! ¡Y por enésima vez, serás severamente castigado! Quédate donde estás. Una vez leído el diálogo, empieza la disputa por echar la culpa del fracaso de la misión a alguno de los sirvientes.

Materiales

Este apasionante juego de mesa cuenta con muy pocos materiales, lo que lo convierten en un pasatiempo sencillo y práctico. Al tener pocos accesorios, “¡Sí, señor oscuro!” no presenta una gran dificultad cuando queremos aprender a jugar. En este sentido, hay tres tipos de cartas diferentes. Las primeras son las conocidas como “de excusas”. En total, hay 80. Al coger un naipe de este tipo, el jugador puede basarse en el título, dibujo o en el texto inferior para crear la narración y poder justificarse ante Rigor Mortis. Luego, están las cartas de acción, en las que encontramos dos tipos diferentes: el dedo que señala y la mano abierta. Sus finalidades son bien distintas. En este caso, el número de naipes es de 37. En el caso de las primeros, posibilitan al jugador pasar el turno a otro participante, al que puede poner en serios apuros. Por su parte, aquellas que se conocen como “de mano abierta” son las que pueden usarse para interrumpir a otro lacayo cuando está hablando. Es el único naipe que se puede utilizar fuera del turno del jugador, por lo que puede ser una herramienta de gran valor para culpar a otro participante. El último tipo de cartas es el que utilizará quien haga del Señor Oscuro, que son sólo 7. Son las conocidas como “miradas fulminantes”. Se usan cuando Rigor Mortis no cree la historia del jugador o cuando se da cuenta de que lo quiere engañar. En estos casos, jugará un papel fundamental la capacidad que tengan los participantes para pedir clemencia y evitar así castigos. Al margen de los tres mazos distintos de cartas, el juego incluye un libro en el que se explican claramente las reglas.

Reglas básicas

Lo primero a saber es que el juego se puede disputar entre 4 y 16 participantes. Está claro que es más emocionante cuando hay más jugadores. Por esta razón, “¡Sí, señor oscuro!” es de esos pasatiempos elegidos en reuniones numerosas, ya sea con amigos o en familia. Antes de iniciar la partida, es imprescindible decidir quién será el Señor Oscuro, cuyo nombre real es Rigor Mortis. Este jugador va a ser quien invente la trama de la historia, en base a la cual el resto de los jugadores tendrá que explicar su rol y argumentar porque no fue el culpable del fracaso de la misión. Rigor Mortis tiene una centralidad absoluta, ya que tiene el poder sobre la veracidad del relato. Por eso, por ejemplo, puede interrumpir al lacayo en cualquier momento y pedirle explicaciones. A su vez, puede introducir elementos que no estaban en la historia al comienzo y echar bronca o apremiar la participación de sus sirvientes. Por su parte, al inicio del juego cada lacayo recibe tres cartas de acción y tres de excusas. Divididos estos naipes, comienza la partida Si bien el uso de las cartas es clave, no cabe duda de que lo más importante es la capacidad de improvisación que tenga cada jugador para intentar convencer al Señor Oscuro de que la culpa no fue suya. En definitiva, “¡Sí, señor oscuro!” es una excelente opción para pasarlo en grande en reuniones numerosas.